Este cómic está lleno de colores fuertes e inquietantes, como inquietante era todo lo que el escritor sentía en su interior. Franz Kafka se veía alienado en el mundo familiar; se veía fuera de las expectativas de una relación amorosa y una vida social. Se creía un insecto que se había colado en algún lugar que no le correspondía y se pasó la vida esperando la invitación a un castillo que vislumbraba en las alturas y en donde siempre se le denegaba el acceso. Dicen que su obra es el reflejo de los problemas vitales de las personas de la edad moderna y yo creo, y al leer este interesante cómic se ve muy bien, que esos problemas no son de las personas actuales, si no de las personas inteligentes. Recomiendo a todo el mundo que lea a Kafka y reflexione.
José A. Álvarez
Profesor CEPA Isilus
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